Escrito por: Isabella Juárez y Ana Paulina González
Desde el nacimiento, el cerebro humano tiene, por instinto, el objetivo de garantizar su propia supervivencia. Durante su vida este deberá de enfrentarse a retos difíciles tales como guerras, epidemias, accidentes y lo que a mi juicio es el reto más difícil de superar, los pensamientos de uno mismo.
El suicidio es definido como cualqier acto que, como consecuencia de las acciones de uno mismo, llegue a la muerte de una persona. También existe el intento de suicidio, que es la intencion de acabar con la vida de uno mismo; y no olvidemos los pensamientos suicidas, ya que estos se dearrollan en las personas que piensan en cometerlo. En la pasada década esto se ha hecho un problema más grande, y se cuestiona si de verdad podemos detenerlo a este nivel de complejidad, ya que esta es la cuarta causa de muerte más frecuente en todo el mundo, con más de 9.000 intentos diarios, y la tercera causa de muerte más frecuente para los jóvenes de entre 15 a 24 años de edad, lo cual es alarmante.

“Durante los pasados 20 años, el número de adultos que han intentado cometer suicidio ha saltado a casi más de un millón” (Rohaidy, 2021). Dicho esto, cada 40 segundos hay una persona que muere por suicidio, estadísticamente hay más personas que mueren al año tomando su propia vida que por homicidio o consumo de drogas y en cambio se hace más consciencia sobre estas últimas. A mi juicio, constantemente ignoramos las señales potenciales de peligro y estadísticas preocupantes. Creo que en el mundo de hoy está habiendo un problema con la información sobre este tema y espero cambiar eso para al menos una persona
Es claro que el dolor psicológico es el factor principal por lo cual existe, y no solo el suicidio, sino que existen métodos para afectar físicamente a su persona, estos se ocupan como forma de desahogo y se les denomina autolesiones. Todas estas cuestiones se pueden detectar mediante pláticas en lo cotidiano o con un profesional, no hay que pasar por alto ninguna señal ya que como dice Barrientos Nicolás, el suicidio “va como en escalera; cada año hay más y más visibles”, quien pertenece al Departamento de Psiquiatría y Salud Mental.
Existen varias señales de alerta o formas de detectarlo entre ellos encontramos quejarse de ser una persona mala o odiada, lanzar indirectas como: no seguiré siendo un problema, no me importa nada, para qué molestarse o no te veré otra vez. Igualmente hay señales más alarmantes y más notorias como los cambios en los hábitos de dormir y de comer, el consumo de drogas o bebidas alcohólicas. De igual manera cambios negativos en su personalidad, aburrimiento, dificultad para concentrarse, o deterioro en el trabajo, entre otras.
Para terminar me gustaría reflexionar más en este último punto, este tema muy comúnmente es visto como “tabú” causando que la gente no quiera hablar de él incluso cuando se trata de una persona en necesidad de ayuda, y se ignore el esfuerzo dado por aquellos que han dedicado sus vidas con el fin de ayudar. Piensa como lector, ¿Cuánto realmente conocías acerca de este problema previamente a leer este texto?. La ignorancia es especialmente mala cuando somos nosotros los que decidimos no ver lo que está allí, y quedará en nosotros decidir si queremos quitarnos la venda o ser la causa del problema más grande que tiene la humanidad.
Añadir comentario
Comentarios